
En ocasiones, nos vemos caminando por el sendero de la vida como observadores ajenos, como si de una película se tratara. De repente, casi como un milagro, algo ocurre. A veces es un taller de desarrollo personal, a veces una relación sentimental, otras una amistad repentina, un cambio de trabajo o una mudanza. A veces, también, incluso aparece como una señal, una conversación o un gesto que nos lleva a dar un paso hacia delante que marca un antes y un después: el clic.
Recordar cuál es nuestro potencial
Alguien me dijo una vez que los aprendizajes más profundos se llevan puestos, aunque a veces nos olvidemos de ellos. ¡Y de eso se trata! De hacer un pequeño recordatorio de aquello que nos hizo vibrar, del camino que recorrí y cuáles fueron mis experiencias, sensaciones y, sobre todo, motivaciones. A veces, es volver a encontrar ese clic que nos impulsó por primera vez. Es empezar a tenerlo presente y de nuevo, casi por arte de magia, nos encontramos con una nueva mudanza, relación, cambio, señal, conversación, taller o gesto que nos recuerda nuestra fuerza, cuál es nuestro potencial, qué es lo que está en mi mano y qué es lo que hacer si así lo elijo.
Todos necesitamos de otro, todos influenciamos en alguien. Agarrémonos con pasión a la vida, disfrutemos incluso de los malos momentos.
Recordemos que, ¡tú eres importante!

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